8 de noviembre de 2011

LA DAMA TAPADA



Cuenta la historia, que por el año 1700, en Guayaquil, una dama aparecía alrededor de la media noche y recorria el barrio las Peñas, uno de las más antiguos de la ciudad, pero solo podían verla en su paseo los trasnochados borrachitos mujeriegos que salian de sus andansas; aunque dicen que también y algunas veces, recorría los alrededores del cementerio antiguo, y la iglesia de Santo Domingo.

Esta joven, elegante y de buena figura, lucia hermosos atuendos, pero su preferido era un vestido negro acampanado bajo la cintura y ajustado sobre ella, muy a la moda de la época, su cabeza siempre estaba cubierta por un velo gris bordado que caía sobre su rostro y no permitía que la reconocieran.

La dama emanaba a su entorno una fragancia muy peculiar a nardos y violetas, un aroma que embriagaba y seducía. 

Cuando sus peregrinos la encontraban en el camino, inevitablemente su aroma los obligaba a seguirla, y aunque más de uno había intentado acercarse y ver su rostro ella no lo permitía. 

Los mujeriegos embobados por su bello fisico y agradable aroma, recorrían a su lado las calles sin percatarse a que lugar se dirigían y así llegaban al Cementerio General, allí la dama prometia descubrirse el rostro. 
Ya en el lugar, la dama parada frente a su enamorado hombre, lentamente descubria su rostro, dejando ver sus finas y delicadas facciones, quien la acompañaba dicen quedaba alumbrado por el rostro que hacia juego con su figura, pero depronto la dama decia "Ya me conoce usted como soy, ahora si quiere seguirme, sígame", cuando de pronto extendía su mano en señal al enamoradiso hombre, mientras su rostro se iba descomponiendo hasta convertirse en una calavera de la que fluían olores nauseabundos. 

Sus víctimas entonces quedaban impactadas, algunos morían ese instante por el susto, otros producto del vomito que producía el olor pestilente. Pocos fueron los que sobreviveron a tal aparición, y eso, debido a que en el acto de alguna manera se confesaron. 

La dama tras ello, desaparecía nuevamente vestida y finamente arreglada entre las tumbas.

Mas de una vez los lugareños afirmaron que se trataba de una joven porteña, hija de cafeteros, que había estado comprometida por varios años con un comerciante español. Aquel comerciante no tenia un sitio fijo de vivienda, iba y venia hacia y desde la península, pero en uno de sus largos viajes, un primo de la joven descubrió al pretendiente en amoríos con una muchacha, hija de comerciantes españoles que se habían radicado en Jipijapa, un cantón ubicado al sur de la provincia de Manabí.

Entonces, aquel compromiso había llegado a su final, el primo a su regreso contó todo a la familia de la bella joven y ella después de enterarse sobre el engaño, cayo en una profunda desolación. Tras ello, el joven implicado regreso a buscarla y pedir su perdón, pero era demasiado tarde, la joven había muerto deprimida.

Desde entonces, dicen, su alma vaga por las calles de Guayaquil vengando su engaño y retando a los infieles que encuentra en el camino, sin saber que después de su muerte, su amado también murió embriagado de culpa. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy buena la lectura de la dama tapada

Anónimo dijo...

Es muy buena la lectura de la dama tapada