15 de enero de 2010

EL SAPO KUARTAM-TAN


En la zona del oriente ecuatoriano existe una pequeña y muy particular leyenda sobre un sapo, cuyo nombre es Kuartam, se trata de un curioso anfio que tiene la capacidad de convertirse en un feroz tigre cuando alguien lo molesta.
Cuenta la historia que hace varios años, un Shuar caminaba por la selva espesa del oriente, en medio de la noche pues iba de cacería, pensando durante el camino muy incrédulo de que el sapo Kuartam existiera, sin pensarlo dos veces, imitó su canto, que por cierto se dice que viene de los árboles. Así empezó “Kuartam-tan, Kuartam-tan”, de esa forma él quería comprobar si en realidad lo estaba retando, pero para su fortuna nada pasó. Pasaron algún días y cada que el Shuar iba de casería cantaba “Kuartam-tan, Kuartam-tan, a ver si me comes”, mientras reía.

Un día su mujer muy preocupada por el le pidió que no lo volviera hacer pues sabían que aquel sapo a la vista era inofensivo, pero cuando se enojaba lo hacia de verdad.
Pero el Shuar no creyó en nada de eso nuevamente. Entonces un día Kuartam, el sapo, al oírlo nuevamente cantar, se le acerco y en un dos por tres se convirtió en felino y lo comió.
Nada se escuchó del ataque, pero la mitad del cuerpo del Shuar había desaparecido.
Al alba, la mujer del Shuar salió a buscarlo, pues ya hacia tiempo de que su esposo no había regresado, al encontrar la mitad del cuerpo del que era su marido inmediatamente pensó en el sapo Kuartam, así que decidió matar a Kuartam. Llegó hasta el árbol donde el batracio cantó la noche anterior. Y luego de varios machetazos tumbó el árbol que al caer mató a Kuartam, que ya se había convertido nuevamente en un sapo con un estómago inmenso.
La mujer cortó rápidamente la panza de Kuartam sin ningún recelo y los pedazos del Shuar rodaron por los suelos. La venganza no le devolvió la vida al Shuar, pero su mujer pudo contar que nunca es bueno imitar a Kuartam. Pues aunque ella creía haberlo matado, a lo lejos de la tupida floresta se escuchaba un nuevo: “kuartam-tan, kuartam-tan”, pero aun nadie sabe si se trata del sapo o un Shuar a la espera de un tigre.

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